Las camperas de pluma natural son lo más cuando querés abrigo, liviandad y calidad. Pero no todas las que parecen, lo son. A veces una campera dice tener pluma y no abriga nada… ¿te pasó? Bueno, probablemente no tenía el relleno adecuado.
En LIGERO usamos pluma natural certificada por IDFL Down Standard (IDS), un sello que asegura que lo que estás usando es real, responsable y duradero. Pero si querés hacer tu propia prueba, acá van 5 tips para reconocer una campera de pluma auténtica:
1. Mirá la etiqueta (sí, esa que nadie lee)
Ahí está toda la info clave. Si ves palabras como “plumón” o “pluma”, es natural. Si dice “poliéster” o “sintético”, es relleno artificial. Dato: es obligatorio que la etiqueta diga qué lleva adentro.
2. “Símil pluma” no es pluma
Hay muchas camperas que se venden como “símil pluma” o “pluma sintética”. No están mintiendo, pero tampoco te van a abrigar como una de pluma de verdad.
3. Tocala con las yemas de los dedos
La pluma natural se siente suave pero no toda igual: tiene como pequeños grumitos que son los canutos de las plumas. En cambio, el relleno sintético es parejo, esponjoso y “rebota” al presionar.
4. Pesala (sí, literal)
Las camperas de pluma natural son súper livianas. Las de relleno sintético pesan más y se sienten más rígidas.
5. Plegala y hacé la prueba mágica
Una campera de pluma se comprime fácil y vuelve a su forma. Se seca rápido si se moja. La de guata (sintética), no se pliega tan bien, tarda más en secar y mantiene la forma aunque esté empapada
Martina Delacroix, co-fundadora de Ligero / 4 de mayo de 2025 / 4 minutos de lectura / Camperas, Calidad